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Las repercusiones en torno de la difusión de los documentos reservados del gobierno norteamericano continuarán durante algunos días más. Quizás un par de semanas hasta que otro episodio resonante (que no trascendente por cierto) lo desplace a un segundo lugar.

Cada país continuará utilizando la información parcialmente difundida en función de sus propios intereses, sean los del gobierno de turno o contra este. Cada cable otrora secreto tendrá algún tipo de utilidad que le permitirá algún grado de espectacularidad transitorio por cierto.

Mientras tanto, no se ha podido observar hasta ahora ningún análisis que atine a echar un poco de luz sobre este episodio que, a medida que corren las horas, va mostrando sus lados más oscuros y que no por casualidad hasta ahora no han sido profundizados por los medios de comunicación en general.

Llama la atención, en primer lugar, la “coordinación” existente entre Wiki Leaks y el grupo de 5 diarios (cuatro de ellos europeos) para dar a conocer la información. Lo charlábamos anoche con Graciela, amiga y seguidora profunda de los temas relacionados con los medios de comunicación, y lo aborda de manera inteligente hoy el español Pascual Serrano en su artículo publicado en El Periódico de Catalunya. Recomiendo leerlo para observar cómo hace centro en la “cartelización“ de los medios a los que Wiki Leaks les proveyó el material y de qué manera estamos a merced de sus propias decisiones en materia de difusión, ya que solo podremos ver lo que ellos cinco decidan publicar.

En este sentido no son un dato menor las consultas que mantuvieron el New York Times y el Departamento de Estado, presuntamente para deliberar en torno de cuáles documentos “convenía” publicar y cuáles no, de qué manera abordarlos y los momentos en los que se debería concretar la publicación. ¿Cómo se comprende que el perjudicado y el perjudicador negocien semejante trato? ¿Acaso no nos están diciendo que la publicación de ese material constituye un golpe tremendo a la diplomacia norteamericana? A partir de ese planteo, ¿no hubiera sido más lógico que el Departamento de Estado hubiera evitado a toda costa la publicación de ninguno de esos documentos? Y como muy bien plantea Serrano en su artículo ¿Por qué ninguno de ellos está disponible en el portal de Wiki Leaks siendo que esa organización fue la que los “ventiló”?

El otro punto que hasta ahora no ha sido tomado en cuenta, tiene que ver con la elección de los medios a los que se les entregó el material y el contexto en el que ello ocurre. Desde luego, Julian Assange hace una valoración subjetiva respecto de esos medios a los que elije como “difusores” de información aparentemente sensible. Es tan subjetiva que puesto un grupo de periodistas y lectores de medios a discernir respecto de cuáles medios gozan de mayor o menor prestigio, las listas que surgirían serían bien disímiles entre sí. Lo que no debe ser pasado por alto es el momento elegido para el golpe: la crisis financiera que golpea de manera brutal a importantes economías europeas, los salvatajes bancarios que lanzaron los organismos de crédito internacionales y las crecientes y cada vez más violentas protestas que llevan adelante millones de europeos, directos afectados tanto por la crisis cuanto por las soluciones a las que se echa mano. Mientras Francia, Gran Bretaña, Grecia e Irlanda se precipitan por el tobogán de la debacle económica y social, España y Portugal penden de un hilo cada vez más delgado. Europa industrial, Europa fortaleza económica y financiera ve cómo arden en la hoguera de sus propias vanidades las bondades las bases del capitalismo más excelso que generó la ilusión de la bonanza sin límites. ¿Podemos pensar entonces que la publicación coordinada y parcial de los documentos busca, entre otros objetivos, eclipsar al menos por un instante, el estallido que hoy sacude al viejo continente?

Un tercer elemento ausente hasta ahora en los análisis es el cruzamiento de datos que tocan intereses contrapuestos y que generan escenarios más que conflictivos en el contenido de los cables difundidos hace un par de días. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, los vínculos del gobierno chino con Corea del Norte, el estado de guerra nunca concluido entre ésta y Corea del Sur, Rusia y su poderío económico y político en tanto proveedor mayoritario de gas al centro del continente europeo, Iran, su proyecto nuclear y los lazos con la Venezuela de Hugo Chávez, los cables que hablan de los presuntos reclamos a gobiernos sudamericanos (entre ellos el argentino) para aislar al gobierno venezolano y a la Bolivia de Evo Morales, todos países cruzados por la matriz energética no renovable y la lista sigue casi de modo interminable. Es cierto que solo tenemos a la vista una porción minúscula de los documentos en poder de Wiki Leaks y el cártel de medios que los difunde con cuentagotas. Pero mirada con detenimiento, esa pequeña porción nos permite trazar un mapa donde los intereses en juego se vinculan entre sí, a veces de manera clara y evidente. ¿Nos habilita esto a pensar en una suerte de operación, de jugada previamente elaborada y de la que Wiki Leaks forma parte de manera para nada inocente?

Hasta ahora no he visto en ningún medio una aproximación a estas alternativas que no pueden ser tomadas como exageradas o producto de una mente afiebrada, si se observa quiénes son sus protagonistas. Un poco más de tiempo para seguir mirando la evolución de este episodio no está de más siendo que las cosas van cambiando con bastante celeridad en este nuevo escenario planteado por apenas un país, un periodista que emplea la red para su promoción y cinco grandes diarios que controlan buena parte de la información mundial. No es poca cosa, no?

Es inevitable seguir posteando en torno de las revelaciones de Wiki Leaks, sin dudas una de las noticias más trascendentes del año. En este caso es muy interesante ver la reacción en cadena de las principales estaciones de tv norteamericanas, que no vacilaron en señalar a Julian Assange, el fundador de la red, como el «enemigo numero 1 de Estados Unidos». Incluso se permitieron hablar de un nuevo «terrorismo».

Parece insólito, pero no lo es. Un sitio de internet, que se dedica a indagar y averiguar en los puntos más oscuros del poder mundial, utilizando herramietnas de características periodísticas, para develar las cuestiones ocultas y, hasta ahora, mejor guardadas de ese poder, es temerariamente calificada de «terrorista» por canales de tv norteamericanos.  Este comportamiento da cuenta del doble standard discursivo de los medios hegemónicos estadounidenses. Son los mismos canales de televisión que permanentemente ocultaron de manera deliberada las atrocidades cometidas por las fuerzas militares norteamericanas en Irak, las cárceles clandestinas en diferentes países europeos, las canalladas que se siguen cometiendo en Guantánamo, que agitaron a más no poder el fantasma de Bin Laden como el enemigo declarado de la humanidad, que celebraron la aplicación de ese instrumento digno del peor fascismo como es la Patriot Act que le quita toda privacidad y defensa al ciudadano norteamericano, por poner solo algunos ejemplos. Y por como se vienen dando las cosas, no hay indicios de que esto se detenga aquí. Habrá más novedades para este «boletín»…sin dudas…

Pocos minutos antes de que comenzara este lunes, publicaba en el post anterior las revelaciones del sitio Wiki Leaks sobre centenares de miles de documentos de Departamento de Estado y el Pentágono que hasta hace unas horas eran secretos y que ahora son leídos con atención hasta por el guardia de seguridad de una pizzería en Villa Lugano.  Y puntualmente hacía referencia a la manera en que el sitio on line de Perfil tituló la información: “El gobierno de EE.UU. pidió informes sobre la salud mental de Cristina”. Un dato entre los millones que contienen esos documentos. Uno más entre pedidos de informes sobre la mayoría de los líderes del mundo sobre quienes Estados Unidos dejó caer sospechas y condenas anticipadas mientras hacía gala de buenas y hasta excelentes relaciones con esos países.

Y me anticipaba tibiamente a lo que sentía iba a ser el tratamiento de los medios hegemónicos respecto de esta información. La portada de papel de la edición de hoy de La Nación confirmó las sospechas. El título central del diario tribunero de doctrina refiere, precisamente, al pedido de informes sobre Cristina Fernández. En páginas interiores, Carlos Pagni, cebado como una fiera, se abalanza sobre la figura de la presidenta retomando el cuento aquel que dice que sufre de un “trastorno bipolar” como para tratar de brindarle entidad al supuesto pedido de informes sobre su salud mental. Clarín, en cambio, eligió no poner la información en su portada pero sí reproducirla en sus páginas interiores, pero llamativamente no hace hincapié sobre Cristina. Menciona el episodio como uno más de los tantos que se han revelado. Esta tarde Perfil sigue alimentando su obsesión por el tema Cristina-Wiki Leaks y anticipa que mañana el diario español El País publicará el cable con el presunto pedido sobre la presidenta argentina.

El resto de los diarios abordó la información dese su costado más espectacular, destacando la lista de nombres de líderes políticos en actividad o retirados que fueron objeto de las averiguaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses. Salvo alguna excepción, casi ninguno trazó un análisis mucho más abarcativo respecto de la gravedad que supone este episodio. No debe ser sorpresivo para nadie enterarse de que Estados Unidos investiga y somete al más bajo espionaje a buena parte de quienes dirigen los destinos de la humanidad. Desde su creación, en 1947, la CIA ha llevado adelante operaciones de esa naturaleza que nunca le dieron los resultados buscados. La sucesión de fracasos en cadena que hubo de experimentar esa crucial oficina del gobierno norteamericano la ha dejado expuesta como una de las más ignorantes a la hora de intentar realizar un estudio serio acerca de la realidad mundial. Estados Unidos jamás pudo comprender la evolución política, social y económica del resto de los países si no era a través del cristal con el que mira su propia lógica interna. Más de medio siglo sin modificar sus puntos de vista no podían traer otra cosa más que derrotas en todos los planos, inclusive la militar, como en Viet Nam o Irak

Hoy, frente a las revelaciones de Wiki Leaks, todo el mundo apunta al mensajero. Medios locales e internacionales fustigan al portal por haber difundido esa información. Reproducen voces de mandatarios preocupados por las revelaciones y por cómo podrían afectarlos en las horas inmediatas.

Reflejan la indignación de la Casa Blanca por lo que, de manera solapada, consideran un ataque a los asuntos internos de una nación como Estados Unidos. Se convierten en sus voceros y defensores de sus intereses. Pero nadie sale a hacer un análisis serio y una condena severa al hecho que verdaderamente constituye un agravio para el sentido común y que es, precisamente, el espionaje y el seguimiento furtivo sobre el resto del mundo. Ese es el verdadero eje central de la noticia y en torno del cual ha girado la política exterior norteamericana en el último medio siglo. A nadie parece preocuparle semejante despropósito. Pero sí en cambio apuntan contra quien accedió a la información y la pone al descubierto para consolidar con pruebas irrefutables lo que durante décadas se sabía pero sobre lo que nadie aportaba una prueba material concreta.

En el plano local, da pena ver el comportamiento de nuestros medios monopólicos y hegemónicos y sus pequeños satélites como Perfil. Echar mano de un dato que puede estar atado a una versión echada a correr por el semanario de Fontevecchia hace 5 años y que nunca tuvo anclaje en ninguna documentación elaborada con seriedad y solvencia profesional, evidencia el grado de impericia profesional y de debilidad política. No debe sorprender que la Casa Blanca haya tomado esa información interesada para desplegar la elaboración de un informe que no habrá tenido ningún resultado. Forma parte de la ignorancia de la que hablé más arriba. Indigna sí que algunos medios se monten sobre esa información para seguir profundizando los ataques al gobierno. Si para ello precisan de este tipo de operaciones, queda claro que se les están acabando los flancos y los argumentos para sus ataques. Han evidenciado un oportunismo mayúsculo para extraer de una de las noticias más trascendentes del año, un elemento que les permita golpear sobre la presidenta y su gobierno. Pero de análisis serio y profundo, que le permita a la opinión pública entender el alcance y la gravedad de la revelación, ni una palabra. Importa lo doméstico, lo chiquito, lo coyuntural. Y eso demuestra una vez más que, igual que sus mandados en el parlamento, han perdido el rumbo de manera irreversible.



El diarioPerfil no tiene demasiada incidencia debido a su escasa tirada y peor venta. Apenas puede ser potenciado en algo a traves de la revista, pero de todos modos su influencia es menor comparada con los grandes monopolios de la comunicación. No obstante si el análisis se hace desde el aporte que puede hacer precisamente a esos conglomerados mediáticos, podríamos decir que suma,  acompaña, pone su granito de arena. Como he señalado en alguna otra ocasión, se trata de uno de los medios «satélites» que juega para el gran jefe, el gran patrón.

Esta noche, en su edición on line, Perfil publica un anticipo de lo que mañana será una noticia importante, puesta en el debido contexto: el portal alternativo Wiki Leaks difundió una cantidad exhorbitante de documentación secreta y reservada del Departamento de Estado que podría poner en aprietos al gobierno norteamericano.

Es sabido, aun por los más neófitos en el tema, que el estado norteamericano tiene como política oficial realizar tareas de espionaje permanentes sobre los más diversos escenarios internacionales. Esos trabajos han sido, y siguen siendo, enfocados sobre las personas que dirigen los destinos de numerosos países, amigos, neutrales y enemigos, no importa qué ranking o escala compartan. La trascendencia de la informacion que ha filtrado Wiki Leaks y que aparentemente podría tomar un estado público general a partir de mañana lunes trasciende claramente el nombre de los personajes publicos sobre los que han recaído las tareas de inteligencia. En todo caso, ellos son las victimas de un comportamiento historico de los diferentes gobiernos norteamericanos a lo largo de más de 100 años de historia. El hecho central es la permanente injerencia estadounidense en los asuntos internos de otros estados, algo que siempre denuncia cuando es puesto en práctica por otros países pero que para ellos forma parte de una verdadera política de estado.

En el anticipo de la información, aparecen los nombres de jefes de estado de las principales potencias internacionales como Angela Merkel o Vladimir Putin para mencioanr solo dos pesos pesados que sufrieron los embates de la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad.

Perfil, al publicar el anticipo de esta noticia, no repara en la gravedad institucional que por si mismo posee el hecho que esta a punto de ser denunciado pese a los intentos de la Casa Blanca para que no ocurra, sino en  los nombres de las víctimas. En este marco, y aquí está el nudo central de este post, ¿imaginan de qué manera tituló en su portal on line esta información?

En el cuerpo de la información, verán que lo que se anticipa en el título no tioene mayor ampliación ni desarrollo que los otros datos que allí se presentan. Pero ocurre que, para la estrategia mediática de Fontevecchia, hacerlo de ese modo es absolutamente funcional a los intereses de sus jefes.

Para comprobar que no se trata de una excepción, los invito a recorrer los títulos de las ediciones del diario Perfil de este fin de semana para comprobar que es una práctica permanente: tomar la parte por el todo para poder satisfacer sus propios intereses a como de lugar.

Habrá que estar atento para encontrarnos, en las proximas horas, con una replica excacerbada de esta noticia, enfocada tal como lo hace Perfil, en las páginas y pantallas de los medios hegemónicos.

 

 

La noticia se conoció hace poco menos de dos horas: los perfiles genéticos con los que cuenta la jueza Salgado pertenecen a Marcela y Felipe Noble, «sin dudas», de acuerdo con lo que le informaron los peritos que analizaron el material. Solo falta que la magistrada resuelva cruzar esos datos con las muestras almacenadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos para ponerle punto final a la historia de los Noble y confirmar lo que parece irreversible: que los hijos adoptivos de Ernestina son hijos de desaparecidos durante la dictadura militar.

Obviamente ni Clarin ni La Nación incluyen en sus ediciones on line de esta tarde esa noticia. En cambio destacan una medida del juez Carbone que rechazo un planteo del gobierno para que levante la medida cautelar que mantiene inaplicable el artículo de la ley de SCA que dispone el plazo de un año para la desinversión de los monopolios. En ambos diarios la noticia esta en los primeros lugares de la «home» para que sea bien visible por quienes ingresan a ellos. Y no es casualidad.

Si la jueza Salgado dispone el cruzamiento de datos, antes de fin de año se sabrá la verdad del «Caso Noble» y consecuentemente el monopolio Clarín recibirá un golpe del que no podrá recuperarse con facilidad. El derrumbe definitivo entonces, podría estar al caer. Por eso las próximas semanas serán clave para la resolución del caso. La Nación no le irá en zaga en relación con las consecuencias, dado que es socio de Clarín no solo en sus negocios espurios sino en su política implacable de combatir y golpear al gobierno todo lo que puedan.  Negar la existencia de esta noticia, ocultarla (porque  lo que no se publica no existe, segun sus propias reglas editoriales) forma parte de la endeble estrategia con la que se manejan. Por eso elijen darle prioridad a la noticia sobre la ley de SCA, fallo que por otra parte es perfectamente recurrible por el estado. No asi el del caso Noble, una vez que las identidades verdaderas queden acreditadas.

Se aproximan días de extrema importancia para el reacomodamiento del escenario mediático. Ellos lo saben y por eso esconden lo  inocultable. La basura debajo de la alfombra es tanta, que al menor descuido se vuelve a desparramar, y juntarla será entonces cada vez más difícil.

NOTA: La foto que ilustra este post fue tomada prestada del sitio www.noperdonamos.blogspot.com

Nunca está de más establecer comparaciones, sobre todo si se trata del tratamiento que la prensa vernácula le brinda a noticias de características similares. Ya todos sabemos (porque lo hemos leído y mirado por tv hasta el hartazgo) cómo Graciela Camaño quedó elevada a la categoría de héroe parlamentaria por su cachetada al diputado Carlos Kunkel. No hace falta agregar nada más.

Hoy, el famoso «pirulo» de tapa de Página 12 no tiene desperdicio. Es casi una declaración de principios respecto de cómo Camaño y sus adláteres entienden el juego de la política. No sorprende, es cierto, si se toman en cuenta los antecedentes de quienes conforman semejante círculo, empezando por Eduardo Duhalde, quien no tendrá cargo parlamentario pero influye más que las dos cámaras juntas.

Jorge Obeid no tuvo mejor idea que regalarle a Camaño un par de guantes de box que pertenecieron nada menos que al «roña» Castro. La noticia, aunque se preste a ello, no puede ser tomada simplemente con humor, después del protagónico de la Camaño en la cámara baja.Vale observar no obstante cómo la aborda el portal Infobae.com

Recorde un episodio protagonizado por Guillermo Moreno, en agosto pasado, durante una asamblea de accionistas de Papel Prensa a la que fue con un par de guantes de boxeo y cascos. Y entonces busqué cual había sido el tratamiento de esa información por los diarios Clarin, La Nación y le agregué a Perfil, solo por buscar algunos antecedentes.

Lo que llama la atención es que ninguno de esos medios, al menos hasta ahora, publicó ni una sola línea acerca de los guantes de box que Obeid le regaló a Camaño. Curioso no? Los guantes de box de Moreno, con los que no le pego a nadie, merecieron una catarata de artículos condenatorios. Los guantes de box de Camaño, recibidos después de pegarle a un dIputado de la nación merecen solo el silencio.

Para el final, habrá que tomar en cuenta el slogan de campaña que, aparentemente, quiere instaurar Camaño para el lanzamiento de su candidatura a gobernadora de la provincia de Buenos Aires:  «Camaño pega fuerte en Buenos Aires». ¿Será un anticipo de los tiempos que se avecinan en el escenario electoral de 2011?

Decíamos ayer que hoy íbamos a ver en los medios gráficos y televisivos cómo se tergiversaría el episodio protagonizado por la diputada Graciela Camaño pegándole un cachetazo al diputado Carlos Kunkel en plena reunión de la comisión de Asuntos Constitucionales. Obviamente, no había que ser demasiado lúcido para acertar en el pronóstico.

Básicamente, hubo un intercambio de roles, en el que Kunkel pasó a ser el agresor y Camaño la víctima de la “prepotencia” del robusto legislador kirchnerista. Los diarios hegemónicos hablan hoy de escándalo, en términos genéricos y cuando profundizan en el tema van hilvanando sus argumentaciones para evitar una condena a la diputada y en cambio poner toda la responsabilidad en Kunkel.

Clarín y La Nación habla generalidades del tema y lo vinculan inmediatamente al fallido tratamiento del presupuesto 2011. Burdamente pretenden presentarlo como una maniobra del oficialismo para evitar el tratamiento de las insólitas denuncias de presiones y coimas realizadas por tres legisladoras que patinaron de la peor forma. No se entiende cómo el oficialismo puede promover una agresión a un diputado de sus propias filas para luego ser víctima de la prensa hegemónica como mecanismo supuestamente defensivo. Es tan disparatado y esquizoide que hasta resulta difícil explicarlo.

En un alarde de sofisma, Perfil invierte los roles y coloca a Kunkel en el rol de promotor de la agresión de Camaño y, por ende, lo presenta como el agresor y no el agredido. En El Cronista su editor en jefe Jorge Sosa utiliza una argumentación semántica para intentar (no lo logra, claro está) sustentar su argumentación, al poner laspalabras «chachetazo y «presupuesto»en el título de su columna. Una ensalada patética.

En Ambito Financiero, se publica un pedido de Camaño que se parece más a un chiste de mal gusto porque ya se sabe cual será la respuesta a su reclamo.  Hasta se da el lujo (Camaño) de hablar de voluntades mayoritarias que le atribuye a la oposición!!!. Y el portal Infobae.com reproduce un advertencia de la diputada barrionuevista en el sentido de que los dichos de Kunkel pueden configurar un delito (¡¡¡……..!!!!!!)

Para el final, una perla de Cristiano Ratonazzi, presidente de Fiat: «Administrar el país es más importante que el presupuesto». Dios!!! He escuchado boludeces, pero creo que jamás una de este tenor. Léanlo, porque es absolutamente cierto.

La manipulación informativa no tiene límites. No es novedad. Y mucho menos si se enmarca en una campaña que busca limar, de manera lenta pero persistente, la imágen del gobierno.

Hoy se conoció que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) dieron a conocer un documento donde piden a las autoridades de la UNASUR la posibilidad de exponer ante el pleno de representantes su visión del conflicto armado que mantiene dese hace 50 años con el gobierno colombiano. En ese documento recuerdan la figura del ex presidente argentino y ex titular del organismo Néstor Kirchner por sus aportes permanentes para entablar el diálogo y alcanzar la paz. Y también, ante su fallecimiento, le expresaron sus condolencias a la presidenta argentina Cristina Fernández.

Ahora, segun quien publique la información, el documento puede ser un comunicado, como afirma Pagina 12 o una «carta de condolencias» remitida directamente a la presidenta argentina como sostiene Infobae.com

Los invito a que vean las diferencias que hay entre una y otra publicación, como una muestra más de cómo se maneja la información por parte de algunos medios. La versión correcta es la que publica Página 12, debidamente chequeada. Los otros, como el po0rtal de Hadad, se llenan la boca hablando de libertad de expresión para luego hacer este mamarracho que apunta indirectamente a golpear al gobierno y a la presidenta Cristina Fernández.

Con este título poco sutil, publiqué hace unos 6 meses una nota, en mi blog personal, en torno del tema de la inflación. En las últimas semanas este es el tema elegido nuevamente por los medios hegemónicos para sus embestidas contra el gobierno. Como creo que vuelve a tener vigencia, decidí volver a publicarla. Es algo extensa para ponerla en este blog, de modo que si queres leerla podes ir a www.marcelobartolome.com.ar o escucharla en http://www.divshare.com/download/13131357-60d. No estaría mal armar una buena polémica en torno del tema no? A eso los invito, si tienen ganas.

 

Las crónicas de hoy en torno de la muerte del genocida Emilio Massera dejan tela para cortar. Las que realizan un claro repaso sobre su accionar durante la dictadura y refuerza su carácter de símbolo feroz del genocidio y las que van desde la “asepsia hipócrita” que elude cualquier compromiso, el cinismo de quienes critican lo que ayer defendieron y las que ensalzan su carácter de hombre fuerte y hasta “conciliador”. (Sí, hay quien firmó una editorial con estos calificativos…)

Por supuesto que todas las portadas de los diarios tuvieron a esta noticia como parte de sus títulos, pero no todas con la trascendencia que amerita. Para La Nación murió el “símbolo de la última dictadura”, un título ambiguo que no oculta el compromiso ideológico con los dictadores, los mismos que les facilitaron apropiarse de Papel Prensa. Quien fuera su vocero por aquellos años pero desde las páginas de Clarín, Joaquin Morales Sola, escribe un artículo que una vez más lo muestra de cuerpo entero (a el, no a Massera, se entiende no?) El título de la columna alude a una ambición sín límites de Massera que no fue vista ni analizada por Solá durante el régimen militar.

Clarín lleva al paroxismo su hipocresía al poner en su portada (en  una columna sobre el costado derecho) que murió el “símbolo de terror y muerte”, atributos que supo defender y justificar desde sus páginas con intervenciones editoriales firmadas entre otros por su directora, Ernestina Herrera de Noble.

La Prensa apela a la asepsia lingüistica al informar desde su primera plana, simplemente, que “Murió Massera a los 85 años luego de enfrentar una larga enfermedad”. Aunque haya cambiado su formato y diseño, sigue fiel a su prosapia gorila, aunque algo sesgada en comparación con La Nación y Clarín. Para La Prensa, el título más destacado es el despido de Cappa como técnico de River. Está todo dicho…

El Cronista pone la noticia en un recuadro de 4 líneas con una foto recortada del represor,  en la mitad inferior de su portada  Ambito Financiero cierra sus títulos de tapa con un rectángulo de 2 líneas, en el ángulo inferior derecho, calificando a Massera de “emblema del proceso”. (Nótese el término “proceso” en lugar de dictadura o régimen militar, por lo menos)

Tiempo Argentino ubica a la noticia como el principal título de su primera plana a cuatro columnas y una importante bajada. “Simbolo del terrorismo de estado”  sostiene Tiempo desde su primera página. Y dejo para el final a  Pagina 12 que, con la publicación de un virtual suplemento especial, publicó la mejor cobertura con la traza de las mejores semblanzas y perfiles del genocida y una contextualización de elevada factura respecto de lo que significó durante y después de la dictadura. Sugiero la lectura de los artículos de Mario Wainfeld y José Pablo Feinmann.

Hay dos verdaderas perlas negras que vale la pena destacar por su contenido nefasto y condenable. La primera  la exhibe el diario bahiense La Nueva Provincia. Me enteré de lo que publicó gracias a http://www.diarioregistrado.com . Es una defensa implacable de la figura de Massera. Al fin de cuentas, nada que sorprenda y, al mismo tiempo, una actitud mucho más honesta que la de otros hipócritas que critican sobre el muerto lo que antes defendieron. La otra la publica Clarín: es un artículo de  Oscar Raúl Cardozo, escrito en2002,  cuando el genocida sufrió el accidente cerebro vascular que, según algunos, lo dejó postrado e incapacitado para declarar. Lo curioso es que ese artículo nunca fue publicado.  Cardozo murió en julio de 2009. ¿Porqué lo publicaron ahora?